Salud mental y aislamiento social por COVID-19
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente la enfermedad COVID-19 una pandemia por sus repercusiones a escala mundial. El objetivo de seguir estrictamente las indicaciones de higiene y de permanecer en casa por parte de las autoridades internacionales y nacionales es contener la emergencia sanitaria. Sin embargo, culturalmente en México, adaptarse al aislamiento social es un gran reto, ya que la forma en la que el mexicano se relaciona cotidianamente en espacios públicos, implica -de manera rigurosa- la movilidad y el contacto físico, sin olvidar en algunos casos, las conductas afectivas (emociones y sentimientos).
La velocidad con la que transcurre la vida, así como las nuevas formas de proyectar cada movimiento o pensamiento en redes sociales nos permite sentir una conexión al instante, por lo que, suspender actividades obligatorias y/o de interés personal, cobran relevancia para cada uno de nosotros. Dicha situación, altera la tranquilidad y aumenta la incertidumbre hacia el futuro. Es posible que nos encontremos en constante estado de hiperalerta (estado de mayor sensibilidad a situaciones de nuestro alrededor) por la información que circula en los medios de comunicación o corporalmente percibir sensaciones físicas. En consecuencia, la presencia de síntomas derivados del aislamiento social configura no sólo el estado de salud física, sino que puede afectar la salud mental favoreciendo el desarrollo o agravamiento de trastornos mentales.
Para minimizar el impacto en la salud mental en época de contingencia sanitaria, instituciones de salud han emitido las siguientes recomendaciones:
- Evitar la saturación de información poco confiable sobre el curso de la pandemia, recurriendo auditiva o visualmente a fuentes oficiales máximo dos veces al día. La sobreexposición a recibir o compartir información no oficial puede infundir miedo, preocupación y pensamientos negativos innecesarios en la población.
- Mantener comunicación constante con amigos y familiares a través de las diversas redes sociales.
- Realizar en casa rutinas de ejercicio de por lo menos 30 minutos al día (si el espacio y la privacidad lo permiten). Se ha demostrado que este tipo de actividades no sólo mejoran la salud física, sino también la salud mental al reducir los niveles de ansiedad, depresión y estrés, mejora el funcionamiento cognitivo y el estado de ánimo, además de producir un aumento en la autoconfianza.
- Mantener una alimentación saludable e hidratarse con abundantes líquidos.
- Mantener una adecuada higiene personal.
- Realizar actividades recreativas o de distracción para las que en alguna otra circunstancia el tiempo fuera de casa lo impidiera (dibujar, jugar juegos de mesa, estudiar algún idioma en línea, etc.).
- Entre jornadas de trabajo en casa, actividades escolares o domésticas, se recomienda tomar una pausa para meditar, respirar, estirarse y caminar.
- Si te encuentras en casa de amigos o familiares, es importante reforzar la comunicación y hacer pausas de convivencia e interacción.
- Mantener adecuados horarios de descanso (dormir 8 horas diarias).
La evidencia científica reporta que experimentar periodos prolongados de aislamiento social, incrementa los síntomas de angustia, estrés, depresión, irritabilidad, insomnio, enojo, aburrimiento, desesperación o intranquilidad, por lo que, las recomendaciones anteriores pueden ayudar a mitigar los síntomas de permanecer semanas y muy probablemente, meses completos en casa.
Por otro lado, es crucial redirigir la atención a los grupos vulnerables que convergen en la contingencia. Uno de ellos son las personas que padecen algún trastorno mental, los cuales podrían manifestar exacerbación en sus síntomas. Entre los padecimientos diagnosticados a considerar en la población, se encuentran: trastornos afectivos (depresión, distimia, trastorno bipolar), trastornos de ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, conducta suicida, entre otros. Para las personas con estos padecimientos, la preocupación por la evolución del evento, que incluso se vuelve involuntaria, aumenta los niveles de estrés, ansiedad, preocupación, miedo e incertidumbre, lo cual incapacita a la persona, y en consecuencia, perjudica su tratamiento y recuperación.
De acuerdo con la OMS, actualmente la depresión en población mexicana es una de las principales causas de discapacidad. Las interacciones sociales significativas son para las personas con esta condición, un aliciente a su estado psicológico y emocional.
Sobrellevar su día a día en aislamiento aumenta el malestar y concentración en sus actividades cotidianas, por lo que alejarse de los medios informativos es una acción que permitirá despejar sus pensamientos negativos y de preocupación. Además de reforzar su cuidado y atención por parte de la familia. No es fácil evitar el contacto con los demás, no es fácil aislarnos, pero mantener una escucha activa y estar conectados emocionalmente, es decir, hacerle saber a la persona que no se encuentra sola ni será desprotegida, reforzará su tranquilidad y mejorará el curso de su recuperación.
Para finalizar, es importante recordar que el aislamiento es una medida de prevención temporal para frenar la propagación del virus. Por un lado, la responsabilidad individual y social de acatar las indicaciones de higiene y sana distancia, y por el otro, la coordinación y acción del Estado mexicano permitirán salvaguardar el bienestar de la sociedad, cada uno desde el ámbito de sus competencias.
Referencias
Barbosa S, Urrea A. Influencia del deporte y la actividad física en el estado de salud físico y mental: una revisión bibliográfica. Revista Katharsis. 2018; 25: 141-149.
Brooks S, Webster R, Smith L, et al. The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. Lancet. 2020; 395: 912-920.
Gobierno de México. #QuedateEnCasa. [Internet]. México: Gobierno de México; 2020 [Revisado 2020; consultado 16 de abril de 2020]. Disponible en: https://coronavirus.gob.mx/
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM). Impacto de COVID-19 en la salud mental [Internet]. México: INPRFM; 2020 [Revisado 2020; consultado 11 de abril de 2020]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=r8KkRJKAqlA&t=2724s
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